Si te pasas horas trabajando y, aún así, no logras tener el estilo de vida que quieres, es probable que te preguntes si estás cometiendo algún fallo, y cómo puedes hacer para dirigir tu negocio de forma que sea rentable.
A lo largo de mi trayectoria profesional me he encontrado con muchas personas que no saben cómo dirigir su negocio: simplemente han creado su propio empleo…
Pero una cosa es ser autónoma y otra muy distinta es liderar tu negocio. Porque sin la mentalidad adecuada, vas a limitar absolutamente tus resultados y tu crecimiento.
La diferencia entre ambos planteamientos es que si quieres progresar, tienes que pensar en cómo dirigir tu negocio, no en ser autónoma.
Y este es el error en el que caen muchas: acaban siendo autoempleadas y no desarrollan mentalidad de empresaria. Sin embargo, esta es la vía para salir de la rueda de hámster en la que te encuentras y poder disfrutar de tu negocio sin perder calidad de vida. ¿Parece misión imposible? Voy a demostrarte que no lo es.
En este artículo, vamos a repasar los fallos más frecuentes que cometen muchas emprendedoras, para analizar, después, los 6 pasos indispensables que te ayudarán a desarrollar tu propia mentalidad empresarial. ¿Me acompañas?
LOS 4 FALLOS MÁS HABITUALES QUE TE IMPIDEN DIRIGIR TU NEGOCIO
Es posible que hayas leído sobre el fracaso emprendedor, o que hayas oído que son pocos los negocios que sobreviven más allá de los dos años de vida, y que te acabes preguntando por qué fallan tantos emprendedores.
Cuando piensas en el trabajo de tus sueños, te parece todo fantástico y maravilloso. Generalmente no te haces a la idea de que todo deja de ser tan bonito cuando empiezan a llegar los clientes.
Además, no solo buscas tener clientes, sino también tener beneficios, conseguir una buena rentabilidad y que tu negocio escale posiciones. Esto es difícil principalmente por una serie de errores que cometes como autónoma y que están impidiendo que tu negocio crezca.
Pretendes ser la mujer orquesta
Cuando tienes clientes y empiezas a facturar, es cuando realmente te das cuenta de todo el trabajo y esfuerzo que supone dirigir un negocio.
No solo tienes que dar servicios a tus clientes. También tienes que encargarte de las tareas administrativas, fiscales y acciones de marketing. Esto como mínimo.
Estás sola ante el peligro, todo depende de ti y es posible que sufras estrés.
Por eso, para dirigir un negocio con éxito, deberías delegar las acciones y áreas en las que no eres imprescindible y dedicar la mayor parte de tu tiempo a acciones estratégicas que de verdad generan resultados.
Trabajas con precios bajos
Cuando tienes poca experiencia poniendo precio a tus servicios, tiendes a pensar que los precios que están pidiendo otras emprendedoras son exageradas, sobre todo cuando permites que el síndrome del impostor ataque con fuerza.
Entonces parece lógico establecer precios bajos; así puedes llegar a las personas que no se pueden permitir los precios del resto.
Sinceramente, la realidad es que bajar los precios y posicionarte en un mercado de precios medio-bajos (o bajos) no tiene más que consecuencias negativas.
En primer lugar, trabajas muchísimas horas y apenas consigues beneficios. Y, en segundo lugar, solo consigues atraer clientes tóxicos que no valoran tu trabajo.
Ten en cuenta que has de diseñar tus servicios y establecer tus precios pensando en tu cliente ideal. No puedes gustar a todo el mundo.
No prestas atención a tu productividad
Es cierto que cuando te autoempleas tienes más libertad, pero eso también puede atentar contra tu productividad.
Debes estar atenta a las interrupciones. ¿Has medido alguna vez cuánto te cuesta dar un determinado servicio a un cliente? Esto te servirá para poner precios más ajustados a lo que vale tu trabajo.
Otro de los enemigos de la productividad es el famoso Do It Yourself (DIY). Muchas emprendedoras caen en esto y así es como empiezan a diseñarse sus propias webs cuando no son expertas en ello. Pongo el ejemplo del diseño web porque requiere conocimientos técnicos nada fáciles de dominar para una principiante.
En consecuencia, el resultado es peor que si lo hubiera hecho un profesional. Podrías haber invertido ese tiempo en tareas de tu especialidad o en tratar de conseguir más clientes.
El tiempo es oro y tu activo más preciado: ¡piensa bien cómo lo gastas! 😉
No tienes una hoja de ruta
Está claro que quieres ir a más, pero, ¿cómo? Lo que hacen muchas autónomas para intentar dar una salida a esto es leer libros y blogs. O incluso ven vídeos de YouTube de otros emprendedores de éxito en los que dan consejos. Esto está muy bien como punto de partida, pero no es suficiente.
Generalmente lo que consiguen los autónomos consumiendo tantos contenidos es infoxicarse. Consumen mucha información pero no saben cómo ponerla en práctica.
Y es que realmente no toda esa información que te has tragado es para ti.
Los contenidos muestran un montón de estrategias y tú ya sabes que, como estás sola, probablemente no tengas tiempo de implementarlas todas. Aunque quieras realizarlas todas, ¿cómo y cuándo lo vas a hacer?
Surgen demasiadas dudas que nadie te resuelve y finalmente no haces nada o lo que haces no tiene orden ni control.
6 CONSEJOS PARA DESARROLLAR TU MENTALIDAD EMPRESARIAL Y DIRIGIR UN NEGOCIO RENTABLE
Antes de hacerte cualquier recomendación, quiero que tengas algo claro, y es que el centro de tu negocio eres tú. Tú eres la líder, y por lo tanto, si eres emprendedora, si has decidido montar un negocio, tienes que creértelo. Tienes que autoreconocerte como líder.
Pero no estamos hablando del típico liderazgo empresarial o social, en el que lo habitual es que los demás te reconozcan como líder. Se trata de que te reconozcas tú, a ti misma.
A partir de aquí, podrás empezar a desarrollar tu mentalidad empresarial, y a vivir de tu talento, de la forma en que deseas.
Para ayudarte, te daré seis recomendaciones:
1 – Cuida tu energía emprendedora
Todo lo que tú eres y todo aquello que quieras y decidas ser (a través de formaciones, de tus experiencias, de la gestión de crisis y la superación de retos) es lo que impregnará tu marca y hará mover la energía de tu negocio.
Muchas veces, la emprendedora tiende a verse como algo muy pequeño, inexperto, que todavía tiene mucho que hacer y mucho por aprender.
Así que me gustaría romper con esa creencia limitante, y que empieces a decirte a ti misma que tú eres la líder de tu negocio, y que esto va a funcionar en la medida en que tú seas capaz de llevar a cabo ese liderazgo.
Ahora bien, la primera pregunta que deberías hacerte es por qué estás liderando un negocio.
Probablemente, sea porque quieras vivir lo mejor posible de tu talento y tener el estilo de vida que quieres.
Para que esto sea posible, deberás ofrecer productos o servicios irresistibles, cargados de valor, de calidad extraordinaria y diferentes de los demás. Y, por otra parte, necesitarás clientes deseosos de tener estos productos o servicios, y que estén dispuestos a pagar por ellos.
Estas serían las dos condiciones sine qua non, que te permitirán conectar lo que ofreces con la demanda que existe. Para ello, deberás orientarte a la rentabilidad, a obtener beneficios, y a la eficiencia, es decir, a conseguir esos resultados con el menor esfuerzo posible.
2 – Gestiona las emociones de tu negocio
He hablado sobre movernos, y sobre mover energías. Si llevas un tiempo con tu negocio sabrás que tu negocio es un tobogán de emociones.
A veces son emociones muy positivas o muy alegres: cuando has cerrado una venta, cuando se te ha reconocido públicamente…
Pero, también, hay emociones que nos llevan hacia abajo: cuando pasas horas trabajando y los resultados no llegan, cuando has hecho un lanzamiento y los resultados no han sido los que querías…
Reconocer cómo es esa energía y saber domesticarla va a ser una clave muy importante. En los negocios, no todo son los conocimientos empresariales. Es muy importante empezar por aquí.
Tú eres la líder, tú eres la que lidera la energía de tu negocio y por lo tanto la responsable de domesticarla.
Tu estado emocional puede ser determinante para el éxito, la constancia, la paciencia, la motivación, la automotivación, para reinventarse, para re-enfocarse. Cuidarte a ti es cuidar de tu negocio.
3 – Reconoce tus fortalezas y deja de boicotearte
¿Has hecho un análisis DAFO de tu negocio? Esta es una herramienta que podrá ayudarte a desarrollar tu mentalidad empresarial, por diferentes motivos.
Por una parte, porque si eres capaz de centrarte en aquello que haces bien, podrás superar baches, crisis e imprevistos.
Y, por otra, porque al reconocer los límites que te autoimpones y tus miedos, podrás vencerlos (ya sabes a qué me refiero: a la falta de tiempo, los imprevistos, pensar que nos falta una titulación…)
Tomar conciencia de todo esto va a ser el principio del éxito de tu negocio. No solo se trata de conocerse, sino de aceptar las luces y las sombras, porque eso será el principio del cambio. Otro punto importante, en línea con el anterior, es reconciliarte con tu ritmo.
Hay emprendedoras que están en períodos de crianza, en los que sus hijos son la prioridad. Otras, están cuidando de familiares mayores. Existen diferentes situaciones, por las cuales deben dedicar parte de su jornada a otras responsabilidades que no son sus negocios.
A veces, al mirar hacia fuera, tienen la sensación de que hay muchas personas que avanzan a una velocidad de vértigo. Si es tu caso, por favor, reconcíliate con tus ritmos. Cada una tenemos la vida que tenemos y el tiempo que tenemos. Es importante que nos aceptemos y nos reconciliemos con nuestro aquí y nuestro ahora.
4 – Delega las tareas en las que no eres experta
Este es uno de los aspectos que más cuesta. En un negocio hay muchas tareas que hacer y no es necesario que tú realices todas. Hay algunas de las que tienes que encargarte sí o sí, pero no cada una de ellas.
Uno de los ejemplos más claros es el que antes he mencionado del diseño web. No hay comparación entre una web hecha por un profesional y otra realizada por alguien que no domina la materia. Por ello ten en cuenta que si quieres que te compren tienes que mostrar una imagen lo más profesional posible.
Pero vamos un paso más allá. Incluso si el diseño web te gusta y se te da bien, ¿crees que debes ser tú personalmente quien se encargue de ello? Ni mucho menos. Ese tiempo puedes dedicarlo a tareas más relevantes y estratégicas.
Ocurre lo mismo con la creación de contenidos, la administración, la atención al cliente, la facturación…
Son tareas necesarias, pero que pueden hacer otras personas por ti. Y por ello no eres peor profesional o una impostora. Simplemente, estás desarrollando mentalidad de empresaria y comenzando a dirigir un negocio como es debido.
A veces sucede que estás empezando o atravesando un mal momento en tu negocio y no tienes dinero suficiente para contratar a estos profesionales que necesitas. ¿Qué puedes hacer en esta situación? Pues no te queda otra que formarte y de momento hacerlo tú misma.
En cualquier caso, no va a ser un esfuerzo inútil. Cuando lleguen mejores tiempos, sabrás mejor qué necesitas y podrás ser más exigente con tus proveedores porque sabrás exactamente qué puedes exigir a cada herramienta, a cada proyecto contratado, etc.
5 – Haz que tus servicios no dependan solo de ti
El gran problema de muchas autónomas es que la marcha de su negocio depende solo de ellos. De aquí la famosa frase que dice que las autónomas no pueden ponerse enfermas. Esto sobre todo es grave cuando los servicios los das solo tú, porque si un día no trabajas, no facturas. Si un mes te surge algún imprevisto que requiere tu atención, bajan los ingresos.
Por eso, es necesario contar con colaboradores capaces de hacer lo mismo que tú haces. Ten en cuenta que, antes de trabajar con un colaborador, debes darle una guía para que sea capaz de reproducir exactamente lo que tú haces y lo haga con éxito.
Y esto por supuesto requiere que tengas un negocio ordenado, bajo control, con procesos bien definidos. Solo si sabes qué pasos hay que dar en cada momento, quién debería ser responsable de cada uno de ellos, en cuánto tiempo hay que hacer cada cosa, cómo evaluar el resultado etc vas a poder realmente delegar.
Repensar tu modelo de negocio no es tarea fácil. De hecho, es un momento habitual en el que las emprendedoras suelen buscar la ayuda de un mentor.
6 – Contrata una mentora
Te voy a dar unos datos numéricos que quizá te suenen.
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- La mayoría de los negocios que se inician no superan el primer año de vida.
- El 80% de los negocios mueren antes de cumplir los 3 años.
- El 70% de los negocios que contratan los servicios de un mentor sobreviven el doble de tiempo que los que no trabajan con mentores.
Actualmente hay muchas aceleradoras de startups que cuentan con mentores. Por algo será, ¿no crees? 😉
Además, como te explicaba más arriba, uno de los principales problemas de los autónomos es que no tienen una hoja de ruta y van como pollos sin cabeza: sin saber muy bien dónde van ni cómo llegar a su destino incierto.
Aunque también es cierto que tienes que ser exigente antes de contratar a un mentor, porque no se trata solo de que estarás invirtiendo tiempo y dinero sino de que depositas en esta persona algo más importante: tus expectativas de futuro. Y con esto no se juega. Así que investiga antes de contratar a nadie.
En mi caso en particular, hace ya tiempo que vengo ofreciendo un servicio de Mentoring 360 con grandes resultados. Porque hay muchas autónomas que trabajan demasiadas horas, sus resultados no mejoran y no saben por dónde tirar para cumplir de verdad su sueño de vivir haciendo lo que de verdad les gusta sin tener que sacrificar su vida personal.
Desde mi servicio de mentoría, les ayudo a desinfoxicarse, analizar su negocio y diseñar una estrategia personalizada. Les llevo de la mano en todos sus pasos y nos enfocamos también a transformar su mentalidad para que dejen de ser simples autónomas y puedan a dirigir su negocio como verdaderas CEO.
¿Y tú, eres una autónoma estresada a la que se le acumula el trabajo? ¿O ya has conseguido dar el salto a dirigir un negocio online rentable y tienes la vida que deseas? En todo caso te espero en los comentarios para conocer tu experiencia y seguir debatiendo sobre cómo dirigir un negocio.